Lo escribimos en femenino porque, si el año pasado leímos sobre todo ensayos y libros de cuentos, en este 2025 hemos dedicado más horas a la novela, una forma de expresión literaria que, para descrédito de agoreros, goza de una excelente salud en nuestro idioma. No pretendemos añadir la enésima lista a la lista de listas con «los mejores libros del año», sino compartir una sencilla y entusiasta recomendación de seis novelas —podrían ser doce o más, pero sirvan estas seis para el disfrute— con acentos de Perú, Uruguay, Colombia, México o España, pero miradas que trascienden cualquier frontera, y que ojalá sigan cosechando lecturas en el ámbito hispano y en todas las traducciones que reciban.
Minimosca, de Gustavo Faverón Patriau (Lima, 1966). Candaya / Peisa.
Que el responsable de la monumental Vivir abajo (2018) sea capaz de entregar a imprenta otra novela —publicada muy a finales de 2024 en España y el Perú— de semejante caudal y magnitud confirma la naturaleza de uno de los narradores más audaces, genuinos y ambiciosos de nuestro tiempo.
El monte de las furias, de Fernanda Trías (Montevideo, 1976). Literatura Random House.
Entre La azotea (2001) y Mugre rosa (2020), además de un puñado de grandes cuentos de por medio, la escritura de la autora uruguaya ha ido creciendo en cada libro, pero con El monte de las furias, novela de inusual y contenida potencia lírica, alcanza una maravillosa madurez.
La historia de Horacio, de Tomás González (Medellín, 1950). Sexto Piso.
Los lectores de La luz difícil (2011) celebran cada trabajo del autor colombiano como lo que es: un generoso regalo literario. Sexto Piso prosigue con la feliz recuperación de su obra y en 2025 nos trajo esta novela jovial y sabia, con una profunda filosofía de vida filtrada por el humor y la ironía.
El corazón habitante, de Daniela Tarazona (Ciudad de México, 1975). Almadía.
Lo fragmentario, lo delirante y lo introspectivo sugieren cierta continuidad de estilo entre La isla partida (2021) y su nueva novela, pero la escritora mexicana sube la apuesta con El corazón habitante, un tríptico arriesgado, estimulante e imaginativo que explora la condición humana.
El gran ensueño, de Celso Castro (La Coruña, 1962). La Navaja Suiza.
En especial desde El afinador de habitaciones (2010), la obra del escritor gallego comenzó a ser conocida en España, al menos entre los lectores más exigentes. El gran ensueño demuestra, una vez más, que la singular y poética escritura de este autor de culto merece toda la difusión posible.
El hielo de los suyos, de Montse Sánchez Alonso (Madrid, 1982). Tránsito.
La primera novela de esta autora sorprende por su ambición y sabiduría literaria, ajena a las modas editoriales. Desde el material sensible de la experiencia personal, se apoya en la ficción y lo documental para armar uno de los debuts más interesantes y prometedores de los últimos años.
Para nosotros ha sido un año complicado, sin el tiempo ni los recursos suficientes —ni a veces la salud, siquiera— para mantener esta revista en marcha como quisiéramos —tres entrevistas, una reseña y una elegía en doce meses no parecen un gran «ritmo de producción», desde luego—, pero confiamos en la resistencia de nuestra querida planta de Maguey, que seguiremos regando poco a poco, y brindamos —con tequila o mezcal, por supuesto— a la espera de tiempos mejores.
Feliz Navidad y buenas lecturas para todos.
Guillermo de la Mora y Sergi Bellver
