En 2025 Kindberg cumplirá diez años. Parece increíble que esta microeditorial siga funcionando, autososteniéndose y aumentando la familia lectora. Porque a la casa refugio de Kindberg ha ido llegando paulatinamente más gente, lectores con una fidelidad y cercanía que son nuestro orgullo y que nos hacen posible continuar.
En 2012 aterricé en Valparaíso procedente de Barcelona —aunque mis orígenes están en Zaragoza—, donde trabajaba como editora en Seix Barral. Pese a que mi intención era seguir dedicada a la edición literaria, pronto me di cuenta de que la escena de las editoriales independientes se concentraba en Santiago, con escasa presencia en regiones. Fue entonces cuando conocí a Jovana Skarmeta, toda una institución en el mundo del libro en Chile, y con ella nos lanzamos: hablamos de montar una editorial, definimos algunas directrices —sólo novela en castellano— y me puse a bucear en Google hasta conseguir el correo-e de Sergio Chejfec, del que en España había leído Mis dos mundos, imposible de conseguir aquí. En ese momento la editorial no tenía ni nombre, pero cuando escribí a Sergio para publicarlo, su respuesta fue «Me gusta que estén en Valparaíso». Así empezó todo.
Desde entonces ha pasado casi una década. Sergio nos dejó en el camino y Jovana ya no está en Kindberg, pero siguen colaborando el diseñador Sebastián Paublo y el artista Renato Órdenes, creador de casi todas las ilustraciones de tapa. Llevamos dieciséis títulos publicados, con algunos hits como Panza de burro, de Andrea Abreu, el muy bello Umami, de Laia Jufresa, o La comemadre, de Roque Larraquy, un relato de una inteligencia brillante que por algún motivo no acabó de despegar en Chile, pero que seguimos defendiendo —y recomendando— a muerte.
Nos acomoda este formato micro en el que publicamos muy pocos libros al año, pero que nos gustan de veras, para poder dar a cada uno la atención que se merece —también por ecología, para no contribuir a la ultrasobreproducción editorial—. En nuestros planes está continuar el vínculo con Argentina gracias a la Feria de Editores, en la que participamos en 2023 y este año repetimos asistencia; ¿cómo no, si el síndrome lector allí es de otro planeta y nuestro mentor espiritual es Julio Cortázar? También planeamos poner una patita en España, donde —todo a nivel mínimo— hay parte de nuestro catálogo en la librería Lata Peinada de Barcelona, y en junio vamos a presentar en la librería madrileña Juan Rulfo del FCE.
En verdad, Kindberg ha sido y es pura retribución. Gracias a la editorial hemos podido viajar a ferias, conocer a personas a las que admiramos muchísimo y llegar a libros maravillosos. Ojalá esto siga pasando. | Arantxa Martínez
Sitio web: www.kindberg.cl